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BIODIVERSIDAD

Los Rurales dejan de usar munición de plomo en las actuaciones de control de fauna

La Generalitat ite la ‘siembra’ de plomo en las cacerías de conejos por la emergencia cinegética pero la ve “significativamente inferior” a la permitida. Descarta efectos en los productos agrícolas del llano

Una patrulla de los Agents Rurals realiza, armada, un servicio de control de armas de caza. - AGENTS RURALS

Una patrulla de los Agents Rurals realiza, armada, un servicio de control de armas de caza. - AGENTS RURALS

Lleida

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“En este momento se puede garantizar que el cuerpo de Agentes Rurales, mediante el GECA (Grup Especial de Captura d’Animals), ejecuta todas sus intervenciones de gestión de fauna en Catalunya utilizando munición libre de plomo”, asegura la consellera de Interior, Núria Parlon, en su respuesta a una pregunta parlamentaria del diputado de Els Comuns Andrés Garcia. Este se había interesado por conocer los efectos de la siembra de plomo provocada en los campos de Lleida por las cacerías de conejos derivadas de la emergencia cinegética.

La Generalitat “es consciente de la problemática que genera el plomo en el medio natural y hace tiempo que impulsa acciones para eliminar los riesgos de sunuso”, señala Parlon, quien añade que los Agentes Rurales “dejaron de comprar munición con plomo en 2023” para pasar desde entonces a utilizar proyectiles sin este metal. Dejaron de usarla en los humedales en 2017, seis años antes de su veto general en la UE.

Y, en el caso de las cacerías de la emergencia cinegética en Lleida, matiza, “se llevan a cabo exclusivamente con armas adaptadas a la munición sin plomo”. Esa situación de excepcionalidad por la sobrepoblación de conejos se ha visto sustituida desde la semana pasada por un Plan de Control Poblacional.

La Generalitat no niega, ni mucho menos, que esas cacerías hayan provocado la siembra de plomo. De hecho, la consellera ofrece un estimación según la cual la caza de los 318.455 conejos abatidos en Lleida en la temporada 2021-2022, previa a la declaracion de la emergencia, habría conllevado el vertido de 15,285 toneladas de plomo de los cartuchos, un volumen del que se deriva “un valor estimado de 5,6 miligramos de plomo por metro cuadrado” o “55 gramos por hectárea y año” en la zona afectada por la alerta derivada de la superpoblación de conejos.

Ese grado de incidencia, añade. resulta “significativamente inferior a los límites establecidos” por la legislación para considerar que pueda darse un situación de contaminación por plomo.

La Generalitat, anota, “no ha identificado ningún dato ni alerta consecuencia de las actividades cinegéticas derivadas de la emergencia”y, paralelamente, “los responsables del control de los alimentos no han comuinicado ninguna superacion de los límites establecidos de plomo ni de otros metales relacionados con la munición de caza en los productos analizados”.

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