POLIDEPORTIVO
Una futbolista psicóloga
Jordina Rovira, una joven de Balaguer de 24 años, combina su pasión por el balón con su formación en salud mental clínica en EEUU. Se graduó en Georgia y ahora hace un máster en Pennsylvania

Jordina Rovira, en una foto promocional con su universidad.
Jordina Rovira es una joven de 24 años de Balaguer que estudia actualmente en EEUU, donde combina su pasión por el fútbol con su formación académica en el campo de la salud mental. La aventura americana de Rovira comenzó en 2021 tras finalizar en el INS Joan Oró el curso de técnica superior de acondicionamiento físico y fitness cuando, tras enviar numerosos vídeos a través de una agencia, recibió múltiples ofertas y finalmente eligió la Shorter University en Georgia. “Comencé a jugar a fútbol sala a los 7 años en Balaguer con chicos hasta los 14”, explica. Tras su etapa inicial, pasó al fútbol 11, primero en el AEM y posteriormente en el Pardinyes, desde donde surgió la oportunidad de marcharse a Estados Unidos.
Sin embargo, su adaptación no fue sencilla: “La primera semana me rompí el menisco y los ligamentos cruzados, me operaron y no pude jugar ese año”, relata la futbolista, que destaca la resiliencia necesaria para superar este obstáculo. Tras graduarse en psicología, Rovira dio el salto a la Indiana University of Pennsylvania para cursar un máster, donde actualmente compite en una de las más prestigiosas conferencias de la División II del fútbol universitario estadounidense. “El nivel es muy diferente al de aquí. Quizás no tan alto técnicamente, pero físicamente son unas auténticas atletas”, señala. La experiencia de Rovira va más allá de lo deportivo, representando un importante choque cultural. “Georgia es un estado más conservador y estaba en una universidad baptista protestante donde todo lo enfocaban a la religión. En cambio, en Pennsylvania estoy en una universidad pública mucho más liberal”, compara.

Golpeando el balón durante un partido.
Rovira compagina actualmente sus estudios de máster en salud mental clínica con la competición futbolística en Indiana, donde también trabaja como asistente en el departamento de educación. “Durante la temporada hemos tenido momentos muy especiales, como cuando ganamos la conferencia”, explica.
De cara al futuro, la estudiante expresa su compromiso tanto con su carrera deportiva como académica. “Ahora toca trabajar al máximo para prepararme físicamente y llegar al mejor nivel posible para la pretemporada”, afirma. En el ámbito académico, donde las clases comienzan el 25 de agosto, destaca su intención de “aprovechar la oportunidad de estar en un gran programa de salud mental clínica”. La deportista subraya la importancia del aprendizaje colaborativo tanto con profesores como con compañeras de equipo. “A nivel deportivo quiero sacar el máximo provecho de la universidad y aprender de mis compañeras, porque al final unas nos hacemos mejores a las otras a través de la competición”, explica.

Los dos hermanos Rovira, Josep Maria y Jordina.
Mientras tanto, lleva a cabo una iniciativa junto a su hermano Josep Maria con quien ha desarrollado un innovador método deportivo acuático que combina actividad física, bienestar mental y música en piscinas municipales. Es el Aquadance, que fusiona ejercicio físico con bienestar emocional y mental utilizando la música y el baile en el agua como herramientas terapéuticas y lúdicas. “Es la combinación perfecta: hacer deporte, refrescarse en la piscina del pueblo, bailar para alegrar la mente y vivir el presente, crear comunidad y rodearse de gente con ganas de pasarlo muy bien”, explica Josep Maria, quien ha regresado recientemente de la Universidad de Michigan tras formarse también en la de British Columbia (Canadá) y en la Pompeu Fabra.
El proyecto, bautizado como GyQua, aprovecha la formación de ambos hermanos. Jordina lidera el componente de actividad física y bienestar mental y Josep Maria aporta su experiencia como bailarín graduado por la Royal Academy of Dance de Londres, habiendo actuado en escenarios de prestigio como el Palau de la Música. Actualmente, Aquadance se ofrece en una decena de poblaciones de tres comarcas leridanas: Segrià, Noguera y Pla d’Urgell.

El proyecto de Aquadance que llevan a cabo en varias poblaciones