Respuesta de la doctora María Gómez
Profesora de la Universidad de Valencia
Respuesta al artículo Las expertas de Sijena, publicado en SEGRE por Alberto Velasco el 6 de junio de 2025.
A) Velasco dice sobre mi personalidad: “peculiar y estrambótica”. Con estas palabras gratuitas y descalificantes en sí mismas, se retrata el Sr. Velasco a sí mismo, demostrando su falta de educación y la carencia de argumentos para intentar denigrar sin éxito mi profesionalidad y el rigor en mi trabajo y vida personal, intentando desacreditarme con falsedades ante su público.
B) Velasco sigue diciendo: “...Con un currículo escaso de publicaciones y relleno de vacíos que se descolgó con una alocada teoría que negaba que las pinturas de la Sala Capitular del Monasterio de Sijena fueran quemadas durante la Guerra Civil Española.” Habla de mi currículum con desmesurado atrevimiento y desconociendo o ignorando deliberadamente mis publicaciones. También habla de “vacíos” que no concreta.
El Sr. Velasco, por ignorancia o imperdonable negligencia, desconoce mi amplio currículum que demuestra que, en la actualidad, se podría decir que soy seguramente la mayor experta en España sobre pintura mural quemada, y baste para ello asomarse a ver tanto mis trabajos de restauración como mis trabajos académicos al respecto:
- 33 años dirigiendo el Laboratorio de Análisis de Obras de Arte de la Universidad de Valencia (puedo entregar los datos que se requieran).
- Fui requerida para informar en el incendio de la Catedral de Nôtre-Dame (París) mediante la rectora de la Universidad de Valencia y el Ministerio de Cultura de Francia.
- Varios libros (6) como autora, artículos en otros libros en colaboración, publicaciones en revistas especializadas, ponencias a congresos nacionales y extranjeros.
El Sr. Velasco debería informarse mejor estudiando a fondo la documentación de la investigación sobre las pinturas murales de la Sala Capitular del Real Monasterio de Sijena, que demuestra que no se quemaron ni por asomo:
C) Y termina el Sr. Velasco con esta última frase: “Decía que fueron destruidas deliberadamente por Josep Gudiol en 1936 para llevárselas a Barcelona tratando de convertir así al héroe que las salvó en el malvado que las trinchó.”
Sigo instando al Sr. Velasco que se informe antes de lanzar sus críticas. Los documentos e imágenes que demuestran que no se quemaron son rotundos e inequívocos. Así que Gudiol causó tremendos daños en el edificio (techumbre y sala del tesoro –archivo que estaba encima del Aula Capitular_); igualmente, el artesonado desapareció y las pinturas las arrancó sin que padecieran calor de ningún tipo, es decir, no había ni siquiera traza alguna de humo sobre ellas. En fin, no voy a explicar lo que ya se conoce sobradamente, pero algunos detalles muy breves debería conocer y consultar, Sr. Velasco.
- Los arranques de Gudiol fueron deficientes y dañinos para las pinturas murales.
- Los rollos de pintura mural arrancada (que pesan bastante cada uno de ellos) se amontonaron unos encima de otros en el camión de traslado a Barcelona, con lo cual, los estratos de pintura llegaron muy desprendidos y pulverulentos.
-Gudiol intentó restaurar las pinturas mediante técnicas inapropiadas (colas de conejo, cera de abejas y goma laca con planchados). De ahí su oscurecimiento debido a la fotoxidación de los ligamentos que introdujo en el mortero del fresco. Irreversible. Las pinturas seguirán oscureciendo paulatinamente con el tiempo. Desastre absoluto y pérdida de cualidades esenciales de las más bellas pinturas del románico aragonés y de España.
- Las pinturas estuvieron muchos años en situación de semiabandono en el MNAC, amontonadas y entre excrementos de palomas (documentado).